El coste emocional de la vocación

Este es el logotipo que hace unos meses me acompaña en mi vida profesional, y digo me acompaña, porque además de sentir que me representa lleva impresa mi esencia. Había trabajado en imagen corporativa en otras ocasiones, incluso en campañas de rebranding, y no veas la cantidad de ideas que me venían a la cabeza cuando se trataba de "identificar" a otros. Pero la cosa cambia sustancialmente cuando se trata de hablar de una misma. Primero probé con un profesional que pudiera captar mi esencia. Y la captó. Hizo algo bonito y efectivo, una imagen fácil de tratar, con los colores, las formas, dimensiones y características precisas para ser versátil y práctico ante cualquier posible edición, etc. Pero no, no dábamos con la tecla. Ese logo tan perfecto no representaba nada de mí y por lo tanto, no me valía. Necesitaba que la imagen de MLC contara quién soy, que sonriera a la vida descaradamente. Quería una llamada a la esperanza, a la confianza. Necesitaba ser una representación de lo tangible y lo intangible, de lo medible y lo que nos trasciende. Una mano tendida y una declaración de intenciones al mismo tiempo. Pedí a mi mejor amiga (que para más señas es una máquina de todo lo digital, aunque esa sólo sea uno de sus innumerables habilidades) que me ayudara. Y lo hizo, tónica con hielo en mano, en una terraza de verano a la sombra de "un mediados de septiembre de 2021." "Mercè esto va a darnos problemas dependiendo dónde debas colocarlo, pero me gusta, eres tú. ¿Seguro que quieres incluir esa mancha?" Bueno, voy a contaros que salió a los pocos minutos después de agradecer al camarero que nos sirviera los refrescos. Bueno, siendo fieles a la realidad, yo tomé una cañita... Mi logotipo tiene como base la representación de una molécula de serotonina ; conocida también como la hormona de la felicidad por el SUPER bien que este neurotransmisor hace a nuestro equilibrio vital. Solo con esto, los que ya me conocéis pensaréis "por ahora va bien, Mercè es una tía alegre, le pega eso de la hormona de la felicidad". Sinceramente necesitaba transmitirlo; porque para resumirlo podríamos decir que " a mí, si eso, casi mejor me lo sonríes" . No en vano, soy férrea defensora de la psicología positiva y mi propósito máximo en la vida es transitarla en paz y con la máxima alegría posible. Además, ¿te has fijado en mis iniciales? ❕ M ercè ❕ O ❕ L ópez ❕ É ❕ C olomé ❕ U ❕ L ❕ A ¿Crees en las casualidades? A la par que alegre, inquieta y vital, soy muy muy, y cada vez más, pragmática. Me gusta que las cosas sean sencillas pero que tengan sentido, que aporten. Soy muy emocional, y de de hecho creo que el buen manejo de la Inteligencia Emocional puede llegar a ser el arma más poderosa de cualquier ser humano . Sin duda es mi fuerte y era importante contarlo. Que podemos manejarnos y relacionarnos desde el equilibrio y el bienestar y que eso siempre es fuente de avance, crecimiento y alto rendimiento . En cualquier ámbito. ¿Pero ser emocional está reñido con ser racional? Para nada. Yo amo la lógica y la coherencia. Abrazo la ciencia como forma de cuestionarnos y retarnos, de ir más allá y buscar nuevas alternativas y opciones. Y aunque me encanta mantener mi espíritu de eterna niña (esa que necesitaba hacer un pseudo garabato imperfecto para representarse) no me gusta absolutamente nada la visión super naif de todas las cosas. La vida es maravillosa pero no siempre sencilla, y en ello radica su extraordinaria belleza. Vamos que a mí dame soluciones, cuestiones que nos ayuden a avanzar, a aterrizar herramientas y modos de hacer que todo fluya. Soy todo sentidos en la búsqueda de nuevos aprendizajes, pero no me marees con filosofías de prime time que deslumbran por un momento, pero no retornan nada. Soy más de "a remangarse y a currar que tenemos lo necesario para conseguirlo, sobre todo ganas" . ¿Has visto todo eso que te cuento en la imagen de mi logotipo? Hay geometría, ciencia, química emocional, contrastes, colores, medidas, aceptadas y agradecidas imperfecciones, puntos de partida desde los que visualizar otros a alcanzar, incluso una mancha, representando ese "polvo de estrellas" del que los estudios aseguran, ahora, que surgió la vida; lo más preciado, y al tiempo efímero, que tenemos.

Durante veinticinco años, muchos de ellos en puestos de responsabilidad y en comités de dirección, he podido ver y experimentar en primera personas muchos de los difíciles retos y luchas internas que sobrellevamos los líderes. He acompañado a directores generales, propiedad y presidencia compartiendo sus reflexiones durante años, hasta que decidí, aparcar, en parte, el apasionante mundo de la venta, al que llevo dedicando toda una vida, para enfocarme específicamente a aquello en lo que mis superiores, de forma absolutamente natural, vieron un valor diferencial en mí, el coaching. Lo curioso en esta nueva etapa, es darme cuenta que la mayoría de profesionales que me consultan o que yo contacto, tiene un importante desconocimiento o enormes dudas sobre que es un Coach. Hoy, con el permiso de mis colegas de profesión (que espero puedan comentar y aportar sobre mis palabras), me gustaría daros algunas pistas sobre ello. Coach, “a secas”, es la palabra que se ha utilizado para referirse a lo que entendemos como un entrenador, en cualquier disciplina, pero posiblemente, y más en sus inicios, en las relativas al mundo deportivo. Últimamente además se utiliza la palabra Coach para identificar un montón de roles distintos, incluso a personajes públicos de distintos ámbitos que participan como jurado-mentor en programas de televisión para nuevos talentos de la canción. No seré yo quien diga que esas personas no son coach, pero desde luego lo que si asevero sin ningún género de duda, es que un profesional del Coaching Ejecutivo bien poco, o absolutamente nada, tiene que ver con todo eso. Por eso, creo que es importante lanzar algo de luz sobre nuestra profesión y romper ciertas confusiones que desdibujan sensiblemente qué hacemos y cuán importante y determinante puede resultar la aplicación del coaching al mundo de la empresa. Un Coach Ejecutivo es un profesional entrenado y preparado en las habilidades necesaria para facilitar un proceso de reflexión, consciente, abierto, sincero y profundo, que permita a personas del área ejecutiva, a cargo del liderazgo de las organizaciones, desarrollar y aumentar sus capacidades, fomentando su propia creatividad y aumentando sus competencias. Todo ello en el marco de un entorno sereno, abierto, sin juicios ni valoraciones. Un entorno de neutralidad y confianza absoluta en el que el diálogo se da de persona a persona. “A calzón quitao” (cómo tu me decías Alfredo). Un Coach no traslada conocimientos, no es un maestro ni un mentor. No es alguien te dice que has de hacer ni cómo. Un Coach es alguien que debe actuar de catalizador para acompañarte a poner en orden tus pensamientos y reflexiones, para llegar a conclusiones que te otorguen herramientas poderosas para avanzar en la dirección que necesitas para ser capaz de tomar acción y obtener resultados. Habitualmente, cómo es el caso, los Coach Ejecutivos somos personas con contrastada experiencia previa en entornos parecidos a los de los líderes a los que prestamos nuestros servicios. Y en muchos casos, hemos vivido y acometido también la mayoría de retos a los que vosotros hacéis frente. Os pongo algunos ejemplos.